LO QUE SE SIENTE PENSAR O LA CULTURA COMO PSICOLOGÍA

 Este tema puede servir como una invitación a repensar la psicología desde sus raíces dejando a un lado el individualismo y enfocarla más hacia el lado de la vida colectiva, los espacios urbanos y las dinámicas sociales. El Señor Pablo Fernández autor de la reseña Lo que se siente pensar o La cultura como psicología (2011) por medio de este texto brinda una perspectiva que logra redefinir contextos de la psicología como el pensamiento, sentimiento, conciencia, percepción, sensibilidad e inteligencia y los sitúa no en el interior de los sujetos, sino en la vida y la cultura cotidiana.

Pablo Fernández Christlieb desplaza el foco de la psicología individual hacia la psicología cultural y urbana: pensar, sentir o percibir ya no ocurren en un cerebro aislado, sino en la urdimbre de la vida cotidiana.

Subjetividad en flujo: el pensamiento está tejido por las calles, los colores, los sonidos y las texturas de la ciudad; no queda encapsulado en la mente, sino que surge de la experiencia compartida de espacios y ritmos urbanos.

Emoción engarzada: un sentimiento es un modo de usar el entorno pisos, barandales, mobiliario para entretejer cuerpo y cultura; nuestras huellas emocionales son tramas sensibles que solo la presencia digital y física conjunta puede capturar.

Conciencia expandida: la “corriente de conciencia” fluye con la misma fuerza que el tráfico o los flujos de datos; es simultáneamente un estado análogo (al de una conversación cara a cara) y uno digital (video, mensaje instantáneo), un continuo que media lo presencial y lo virtual.

Así, la cultura y la subjetividad se construyen en un espacio híbrido: las pantallas son ventanas que filtran lo que pensamos y cómo nos sentimos, y las ciudades son interfaces donde lo análogo y lo digital dialogan para reinventar nuestra forma de existir.